Nacha Guevara – La balada del empleado nuevo
Viene contento el nuevo,
la sonrisa juntandole los labios
El lapiz «Faber»? virgen y agresivo
El duro traje azul de los domingos
Decente Un muchachito
Cada vez que se sienta piensa en las rodilleras
Murmura «Si, señor»?
Se olvida de si mismo
Agacha la cabeza
Escribe sin borrones
Escribe hasta las siete menos cinco
Solo entonces suspira
Y es un lindo suspiro
de modorra feliz,
de cansancio tranquilo
Claro, uno ya lo sabe,
se agacha demasiado
Dentro de veinte años,
quiza de veinticinco,
no podra enderezarse
ni sera el mismo
Tendra unos pantalones mugrientos y cilindricos
Y un dolor en la espalda, siempre en su sitio
No dira «Si señor»?
Dira «Viejo podrido»?
Rezara palabrotas despacito
y dos veces al año pensara convencido,
sin creer su nostalgia ni culpar al destino,
que todo, todo, ha sido demasiado sencillo